jueves, 3 de abril de 2008

Estamos listos?

Ahora, con más calma luego de lo que les comenté en la entrada anterior, Shinji y yo estamos listos para partir. Sin embargo, luego de la emoción de la vez anterior las cosas ya no parecen igual. La decisión está. El ánimo es bueno. Pero ayer nos asaltó una duda, seria, grave: ¿realmente estamos listos?

Aunque parezca contradictorio, empezar esta empresa no consiste tanto en tener el dinero, las maletas listas, los tiquetes comprados, haber planeado el itinerario o haber hecho los contactos en un par de paises de los que vamos a visitar para obtener un poco de ayuda de los amigos que allí se encuentran; la cosa es más bien interior, nuestra, de lo dispuestos que estamos a avanzar sin remedio (retroceder de ser necesario, esperar si toca, pero no abandonar).

Hemos preparado todo (dentro de nuestra experiencia y metiéndole toda la ingeniería y la logística del caso), incluso llevamos hasta antigripales desde aquí, pensando en los paises donde no los podemos comprar, pero la pregunta interior, muy en el fondo es la misma: ¿estamos realmente preparados?

No es una duda que no nos permita avanzar. En el mundo de los negocios, y en especial cuando un joven emprendedor con escasos recursos empieza su propia empresa, hay un temor, que no se expresa, de que algo salga mal y no se cumpla la meta. Lo que es peor, hay también miedo al fracaso, a la quiebra, al error.

Después de la emoción inicial, muchos jóvenes caen presa de ese sentimiento y luego de un par de pasos se detienen, miran hacia el camino que van a recorrer y prefieren detenerse, parar. ¿Para que voy a iniciar mi propio proyecto si ya hay tantos funcionando? ¿No sería más cómodo unirme a una empresa como empleado y gozar de la comodidad?

El talento de este joven, que no ha dejado de ser emprendedor, sino que ha adoptado una estrategia diferente y totalmente válida (satanizada por algunos "ases" del emprendimiento) ¿podría verse desaprovechado por la decisión de unirse como empleado a una compañía? ¿desperdicia su potencial por culpa de sus temores? ¿podrá disminuir su nivel de satisfacción propia?

Les dejo esas preguntas, para que las comenten.

Mientras Shinji y yo, poniendo toda nuestra confianza en nosotros mismos (y en Dios, somos muy creyentes los dos) nos estaremos dirigiendo hacia el terminal. Hoy, la aventura comienza, tengo mariposas en el estómago. Estoy emocionado, esperando que va a pasar.

Para quienes nos escribieron los mails de despedida gracias. A nuestros amigos que nos acompañaron antier en la reunión y que nos regalaron tantas cositas útiles, gracias (escribiré una entrada más adelante sobre eso). A Shinji gracias por la idea loca, atravesada, pero genial.

¡¡Vamos a Japón!! Reto a la vista: superar el invierno austral, llegar a Santiago en unas semanas. El recorrido es el mismo planteado. Esperamos sus comentarios, voces de ánimo y sus opiniones a los temas que exponemos.

Saludos del Taka Taka. Escribiremos desde Cali.

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